Monday, March 24, 2014

La Historia de la Peroyapo

“Pero eres chilena o gringa?”  
“Pues, gringa, soy de la Florida, USA.” 
“Ya, pero tienes familia chilena entonces.” 
“Nopo, para nada, no tengo sangre latina, soy gringa-gringa.” 
“Y como cachai los chilenismos entonces? Y por que la fascinación con Chile?” 

He tenido algunas variaciones de esta conversación muchas veces en mi vida, y es entendible que me lo pregunten. Supongo que no es tan común que una gringa quien ha vivido toda su vida en los EEUU y quien no tiene ningún tipo de raíces chilenas tenga el nivel de interés en la cultura chilena como lo tengo yo. Pues, la respuesta corta y editada de porque me gusta Chile tanto seria, “Porque Chile es lindo, me gustan las montañas.” Esa es la respuesta que suelo contestar, pero en realidad va mas allá que solo eso.

Mi fascinación con la cultura chilena empezó a los 16 años. A esa edad ya había tenido varios pololos pero ninguna relación “real” antes de conocer al Gonzalo, un chileno recién llegado al EEUU quien conocí una noche en un teen club. Pero, para entender bien hay que ir mas atrás en la historia. Yo crecí en una familia pequeña, compuesto por mi mama, mi hermano mayor y yo. Visitaba a mi papa durante los veranos, pero básicamente mi vida diaria fue bastante solitaria, como mi mama trabajaba y mi hermano tenia a sus amigos, y pues la verdad es que simplemente no teníamos una conexión familiar muy fuerte. Después de pololear un rato con el Gonzalo empece a quedarme en su casa en los findes y vi por primera vez como es una familia latina.

Fue re diferente. En la casa de Gonzalo había mucho mas energía, mas conmoción, y simplemente mas interacción de que yo estaba acostumbrada. La Violeta, la mama de Gonzalo era una madre soltera trabajadora igual que la mía, y también él tenia un hermano, el Felipe, y una hermana, la Carolina, los dos menores, pero como mi casa estuvo vacía y silenciosa, la casa de Gonzalo siempre sentía llena; llena de risas, de música o del Sábado Gigante o alguna novela en la TV, de peleas entre hermanos, o de la Violeta gritando, “Pero yaaapo, levántense pues!” Era mucho mas caótico que la casa mía, y me fascinaba. Al principio no cachaba mucho de lo que hablaban en la casa porque no hablaban mucho ingles, y yo casi nada de español, pero lo que sí entendía fue el amor entre todos y la importancia que daban a la familia. Siempre cenaban juntos en la mesa. Eso no había sido parte de mi vida, muchas veces cenaba en mi trabajo o si pasó que mi mama cocinaba solía hacer unos platos grandes para toda la semana, y cada uno comía cuando quería, a veces juntos viendo tv, pero muchas veces en tiempos diferentes, y a sentar en la mesa cada noche como familia fue algo ajeno. Pero no solo fue que comieran juntos, es que hicieran todo juntos y eso fue muy diferente a mi vida familiar.

Al poco tiempo de haber conocido a Gonzalo y a su familia por primera vez me sentí importante para alguien y realmente conectada y parte de una familia. Con la familia de Gonzalo aprendí como es una familia latina pero también conocía algunas costumbres mas bien “chilenas”. Muchas veces tomábamos once, una ritual que me parecía tan lindo; un te caliente con unos pancitos, o un maté, el cual al principio admito que me parecía un poco extraño, a compartir la bombilla con todos, pero después de soltar esa duda gringa, me encantaba, no tanto por el sabor, de hecho a ese edad no me gustaba mucho el mate, pero lo tomaba con gusto solo por ser parte de la familia. Cuando la Ita (la abuelita) venia a visitar traía pan y dulces chilenos, y eso del ito/ita me caía tan lindo, no solo el nombre de la abuela pero a poner al “ito” o “ita” a muuuchas palabras, es algo tan chileno y lo adoro. A veces la Violeta preparaba empanadas de pino o pastel de choclo, ahí comí mi primer membrillo el cual sigue siendo mi fruta favorita y también en esa casa fue donde tomé mi primer Pisco Sour. Gonzalo solía contarme historias de su vida en Chile, de su pueblo pesquero, Los Vilos, y todos en la familia siempre hablaban de Chile con un gran cariño, y desde ese tiempo en mi vida he tenido un interés en Chile y todas cosas chilenas.
El Gonzalo y yo pasamos por mucho juntos, fue una relación mucha mas intensa de lo ‘normal’ para una relación entre teenagers pero esa es una historia en si misma, mas larga y compleja de lo que corresponde contar aquí. Aunque después de dos años nos separamos esa parte de mi vida siempre será algo muy especial. Tanto por ser mi primer amor como por sentirme parte de esa familia. Gonzalo se regresó a Chile unos años después de que terminamos pero a través de los años la Violeta y yo nos mantuvimos el contacto porque nos queríamos mucho. Y he tenido el placer de conocer recientemente de nuevo ya como adultos a los hermanos de Gonzalo y a los hijos de sus hermanos también.

Okay, pero el hecho de haber tenido un pololo chileno hace 19 años no explica el interés actual que mantengo por Chile. Es que en Diciembre de 2011 tuve la oportunidad de viajar a Chile por primera vez. Ese viaje tuve un bello reencuentro con el Gonzalo y juntos fuimos a Valparaiso, caminado mucho por la ciudad, también me mostraba muchas partes de Santiago, incluso tomar el metro y micro y eso fue una experiencia para esta gringa de Florida! Una noche caminando por las calles de Santiago escuchamos a una banda tocando en vivo y me fascinaba la música, resulta que la canción era “Tus Besos Son” de Chico Trujillo, y desde ese día soy su fan #1 gringa. Tuve la oportunidad de conocer a algunos de los amigos de Gonzalo cuando pasamos una tarde junto a ellos tomando mate en la playa de Viña, y también ahí probé cafe con helado por primera vez, riiico! Otro día me presentó a sus hijos mas pequeños y pasamos una tarde todos juntos en un parque y como la fotografía es algo que me encanta, saque un montón de fotos de ellos jugando en los arboles con su papa. Fue re lindo ese día y el viaje completo fue algo muy especial, como habían pasado 15 años desde que la ultima vez que lo vi fue algo hermoso ver Gonzalo de nuevo ese primer viaje a Chile.

He regresado a Chile muchas veces después de ese viaje, pero solo el primer viaje lo pasé junto a Gonzalo, el resto he pasado viajando con mi amigo Carlos quien conocí por Couchsurfing.org. Me siento muy, pero muy afortunada de haber tenido la suerte de conocerlo, es un gran amigo y una persona increíble. Juntos hemos ido a muchas lugares y hemos tenido experiencias muy cool. Mi segundo viaje a Chile la primera cosa que hicimos fue ir al Museo de la Memoria porque era algo que tenia muchas ganas de ver. He leído mucho a cerca de la época de la dictadura y aunque sabia antes de entrar básicamente que me esperaba dentro igual fue impactante la experiencia. Creo que porque mis abuelos también vivían bajo una dictadura (la Soviet Union) siempre he sentido una compasión por la gente de Chile por esa parte de su historia.
Los Aguas Termales

En ese viaje también fuimos al Pueblito Los Dominicos, al museo de La Chascona, subimos el Cerro San Cristobal en bici y casi me muero, porque donde vivo en Florida es completamente plano y fue muy impresionante la diferencia de andar en bici aquí que en Chile. Cuando por fin llegamos a la cima del cerro probé por primera vez un mote con huesillo, el cual no fue a mi gusto pero igual fue una experiencia linda probarlo. Viajamos lejos hacia el sur a donde los papas de Carlos y pasamos unas noches junto a su familia en su hermosa casa de campo disfrutando de la tranquilidad. Y mientras en el sur aprovechemos de ver la belleza del Saltos del Laja, el Alto Bio Bio y a bañarnos en los aguas termales de Tolhuaca. Y como me interesa la antropología fuimos a una comunidad mapuche para ver al Museo Pehuenche en Ralco. Cuando llegamos el museo estaba cerrado por el día pero Carlos explicaba que, “La gringa esta aquí solo por un día y hemos viajado tan lejos para ver el museo” y el señor del museo fue tan amable para abrirlo y hacernos un tour privado. En otro viaje viajamos al norte, a San Pedro de Atacama, donde anduvimos en bici en la Valle de la Luna, a bañar en el Salar de Atacama, a ver la Laguna Cejar, y a subir el Cerro Pukará de Quitor, otra vez casi me muero. Al regresar a Santiago pasamos una tarde en el Cajón del Maipo en el área de la Cascada de las Animas, almorzamos al aire fresco en la terraza del restorán La Tribu. Asistimos al partido de Chile versus Uruguay en el Estadio Nacional, CHI CHI CHI LE LE LE, VIVA CHILE!, ganamos 2-0! Me encanta el fútbol y fue bacán ver un partido en vivo, a gritar, a sentir y compartir la emoción de la multitud, pero igual pasé por unos momentos impactantes antes de que empezaba el partido. Al llegar al estadio y sentarme en las gradas me fue imposible no pensar en todos los chilenos quienes habían pasado por esas gradas hace 40 años secuestrados en contra de su voluntad.

Otra noche salimos a Bellavista, a la Sala SCD a un concierto de “Músicos por la Educación” para ver a la Carolina Nissen. El programa se realizó en una sala pequeñita y eso lo hacia sentir muy personal. Tocaba también una tipa, de quien no estoy segura de su nombre pero en el CD que nos regalaron esa noche al lado del nombre de su canción dice “AirelaValeria”, un poco raro para ser nombre..no sé, pero extremamente talentosa la mujer! Ella hacia algo que nunca había visto antes y me parecía muy cool, hacia canciones en vivo con sampler con su voz, haciendo ruidos que se transformaron en música bella. Otro tiempo salimos al Club K-Oz para ver a GrandMaster Flash, un deejay hip-hop old school de USA, sentía un poco surreal para mi, estar en Chile viendo y escuchando a ese tipo, y me encantaba las reacciones de los chilenos, a ellos les encantaba la música, inventaron sus propias letras pero so what! Lo importante es que cantaban con gusto, no que entendían el ingles perfectamente.


El Club de la Comedia
Otra noche fuimos al Teatro Municipal de Las Condes para ver el show de The Voca People, creo que ahí escuché al mas ingles de mi viaje como la multitud estuvo lleno de gringos y fue bacán el programa, hacían tremenda música sin instrumentas, re impresionante. Me cae muy bien el humor chileno y desde hace tiempo soy una fan del Club de la Comedia y tuvimos la oportunidad de ir a unas grabaciones y tambien al show del Sergio Freire y Rodrigo Salinas,“La Hizimos” me reí caleta en “La Hizimos” y el Carlos tanto que le salieron lagrimas, me encantaba ver eso! También he conocido al cine chileno, fuimos a ver a “Gloria”, “Carne de Perro” y “Barrio Universitario”. Y en el departamento de Carlos vimos el DVD de “Stefan Vs Kramer" seco el Kramer! Aquí en Florida he visto muchas películas y programas chilenas, mis favoritas siendo, “Los 80” y “El Reemplazante” y de las pelis “Mi Mejor Enemigo” y todas las “Que Penas.”

Hemos disfrutado de la belleza de la naturaleza mientras trekking en el Parque Mahuida, y el Santuario Yerba Loca, y como hacen todos los buen turistas subimos el Cerro Santa Lucía, caminamos por el Parque Forestal y comimos en el Mercado Central. Pasamos una tarde en el pueblo de Pomaire donde vimos muchas lindas artesanías y ahí compré una bella tetera de greda. Fuimos caminando por Valparaiso y también a visitar la Isla Negra, otra casa de Neruda. Mi reciente viaje en enero de este año viajamos hasta el fin del mundo; a Punta Arenas, Puerto Natales, al Torres del Paine, Lago Pehoé, Glaciar Grey y a la Isla Magdalena donde vimos muchos pingüinos muy de cerca y naturaleza tan hermosa que es indescriptible. Aunque soy de Florida y me siento muy conectada a la playa y los trópicos igual las montañas y toda la naturaleza de Chile me llama mucho. Pero lo mejor del viaje en enero fue ir a un pueblito que se llama Rinconada para ver a la mejor orquesta del mundo...a mi querido Chico Trujillo! Fue una experiencia inolvidable para mi, es algo único, la mezcla de estilos de músicas, junto al gran talento de la banda, la onda de la multitud...como bailan y gozan el publico es bacán! Haciendo la noche aun mas especial fue el hecho de que junto a Carlos y yo también estaba el Ignacio, un lindo amigo de Instagram que conocí desde hace mas de un año, y por fin lo pude ver en persona, y lo pasamos la raja!

La gran mayoría de la gente que sigo y que me siguen en IG y Twitter son chilenos y por eso ésta gringa suele escribir en español, bueno, en spanglish en realidad, y aunque como en todas partes existen gente pesada diría que casi todos los chilenos que he conocido en persona o en las redes sociales son muy buena onda. Y aunque Santiago es una ciudad de 6 millones de personas, no se siente así muchas veces. Pues mientras en los tacos, sipo es notable, pero como en el barrio de Nunoa donde queda el departamento del Carlos, es muy tranquilo. Las personas que te atienden en los almacenes te reconozcan, te hablen, y en general he encontrado los chilenos muy cálidos y cariñosos. Por ejemplo la cuestión del museo Mapuche, aquí jamas te abrirían un museo que haya estado cerrado solo porque no fuese posible regresar en el tiempo cuando estuviera abierto, jamas! Aquí en los EEUU uno se siente mas bien como un numero muchas veces, se quiten la conexión humana de la interacción, es muy lamentable que como país hemos llegado a eso. Mi país es inmenso, tenemos mucho, demasiado en realidad, pero lo tengo muy claro que no somos “lo mejor” en todo, y ese ejemplo del museo lo muestra muy bien. Aprecio mucho mi tiempo en Chile y mis amigos chilenos, me siento muy “en casa” cuando este en Chile. Y para cerrar les regalo un “poema” que escribí para el 18 y algunas fotos favoritas. ;-)




Esa tarde en Viña
San Pedro
Valle de la Luna
Salto Laja
Valpo

La Isla Negra
Ni idea... 
Salt bath
Huasos :-)

Torres
Torres again
Glacier Grey 
Isla Magdalena 

Concierto de Chico Trujillo!!!

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